JEAN FRANCOIS MILLET
(Gruchy, Francia, 1814-Barbizon, id., 1875) Pintor francés. Nació en una familia de campesinos de Normandía y, gracias a una beca, pudo estudiar pintura en París, en el estudio de Delaroche. Sus primeros retratos y cuadros mitológicos nada tienen que ver con sus posteriores obras de tema campesino, en las que se enaltecen la vida y las ocupaciones diarias de las gentes que trabajan en el campo.
La primera de estas creaciones, a las que está indisolublemente unido el nombre de Millet, fue El cribador, presentado en el Salón de 1848, al que más tarde siguieron Las espigadoras, El Ángelus, sin duda su obra más conocida, y El sembrador, cuadros todos ellos de figuras humanas definidas con vigor sobre un fondo de paisaje verídico. Con estas creaciones carentes de retórica e imbuidas de un profundo sentido de lo cotidiano, abrió el camino al realismo pictórico y dejó un modelo en el que se inspiró, entre otros, Courbet.
En 1849, se estableció en Barbizon, donde permaneció el resto de su vida; aunque propiamente no perteneció a la famosa escuela de pintores de Barbizon, sí encarnó, como ellos, el deseo de huir de la vida urbana. A partir de 1863 y bajo la influencia de su amigo Théodore Rousseau, se dedicó con mayor intensidad al paisaje (La primavera, El crepúsculo).
En 1859, El Ángelus le reportó la fama y la fortuna que no había logrado con sus obras anteriores, y ello le supuso salir por primera vez de la pobreza. Esta obra, sin embargo, lo encasilló como un pintor de efectismo sentimentalista, lo cual perjudicó su imagen hasta fechas recientes.
Con todo, pintores como Van Gogh y Pissarro se inspiraron en sus obras, y en Estados Unidos gozó de gran popularidad, al menos hasta mediados del siglo XX. El Museum of Fine Arts de Boston y el Musée d'Orsay de París conservan las mejores colecciones de pinturas suyas.
(Gruchy, Francia, 1814-Barbizon, id., 1875) Pintor francés. Nació en una familia de campesinos de Normandía y, gracias a una beca, pudo estudiar pintura en París, en el estudio de Delaroche. Sus primeros retratos y cuadros mitológicos nada tienen que ver con sus posteriores obras de tema campesino, en las que se enaltecen la vida y las ocupaciones diarias de las gentes que trabajan en el campo.
La primera de estas creaciones, a las que está indisolublemente unido el nombre de Millet, fue El cribador, presentado en el Salón de 1848, al que más tarde siguieron Las espigadoras, El Ángelus, sin duda su obra más conocida, y El sembrador, cuadros todos ellos de figuras humanas definidas con vigor sobre un fondo de paisaje verídico. Con estas creaciones carentes de retórica e imbuidas de un profundo sentido de lo cotidiano, abrió el camino al realismo pictórico y dejó un modelo en el que se inspiró, entre otros, Courbet.
En 1849, se estableció en Barbizon, donde permaneció el resto de su vida; aunque propiamente no perteneció a la famosa escuela de pintores de Barbizon, sí encarnó, como ellos, el deseo de huir de la vida urbana. A partir de 1863 y bajo la influencia de su amigo Théodore Rousseau, se dedicó con mayor intensidad al paisaje (La primavera, El crepúsculo).
En 1859, El Ángelus le reportó la fama y la fortuna que no había logrado con sus obras anteriores, y ello le supuso salir por primera vez de la pobreza. Esta obra, sin embargo, lo encasilló como un pintor de efectismo sentimentalista, lo cual perjudicó su imagen hasta fechas recientes.
Con todo, pintores como Van Gogh y Pissarro se inspiraron en sus obras, y en Estados Unidos gozó de gran popularidad, al menos hasta mediados del siglo XX. El Museum of Fine Arts de Boston y el Musée d'Orsay de París conservan las mejores colecciones de pinturas suyas.