FERMIN ESTRELLA GUTIERREZ
(Almería, 1900 - Buenos Aires, 1990) Poeta, narrador y ensayista argentino. Se dio a conocer a con el poemario titulado El cántaro de plata (1924), obra de estética romántica (en un momento de novedades vanguardistas) caracterizada por su hondo lirismo y su tenue melancolía.
Al año siguiente publicó un nuevo volumen de versos, Canciones de la tarde (1925), al que siguió, en el curso de aquel mismo año, su tercer poemario, titulado La ofrenda (1925). Posteriormente incrementó su obra lírica con nuevos títulos como Los caminos del mundo (1929), La niña de la rosa (1931), Destierro (1935) y La llama (1941), hasta que, ya consagrado como uno de los poetas argentinos más célebres, fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía por su obra titulada Sonetos a la soledad del hombre (1949).
Tras un largo paréntesis, ofreció una selección de sus mejores composiciones bajo el título de Antología poética (1963), para volver, al cabo de cuatro años, con una nueva entrega lírica titulada Sonetos del cielo y de la tierra (1967). Fue miembro de número de la Academia Argentina de Letras, de la de Ciencias y de la Academia de Rubén Darío.
En su faceta de prosista, dio a la imprenta los relatos breves de Memorias de un estanciero y otros cuentos (1949). De sus textos ensayísticos destacan Panorama sintético de la literatura argentina (1938), San Martín: Páginas escogidas sobre el Héroe (1950), Arturo Capdevila (1962) y Recuerdos de la vida literaria (1966).
(Almería, 1900 - Buenos Aires, 1990) Poeta, narrador y ensayista argentino. Se dio a conocer a con el poemario titulado El cántaro de plata (1924), obra de estética romántica (en un momento de novedades vanguardistas) caracterizada por su hondo lirismo y su tenue melancolía.
Al año siguiente publicó un nuevo volumen de versos, Canciones de la tarde (1925), al que siguió, en el curso de aquel mismo año, su tercer poemario, titulado La ofrenda (1925). Posteriormente incrementó su obra lírica con nuevos títulos como Los caminos del mundo (1929), La niña de la rosa (1931), Destierro (1935) y La llama (1941), hasta que, ya consagrado como uno de los poetas argentinos más célebres, fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía por su obra titulada Sonetos a la soledad del hombre (1949).
Tras un largo paréntesis, ofreció una selección de sus mejores composiciones bajo el título de Antología poética (1963), para volver, al cabo de cuatro años, con una nueva entrega lírica titulada Sonetos del cielo y de la tierra (1967). Fue miembro de número de la Academia Argentina de Letras, de la de Ciencias y de la Academia de Rubén Darío.
En su faceta de prosista, dio a la imprenta los relatos breves de Memorias de un estanciero y otros cuentos (1949). De sus textos ensayísticos destacan Panorama sintético de la literatura argentina (1938), San Martín: Páginas escogidas sobre el Héroe (1950), Arturo Capdevila (1962) y Recuerdos de la vida literaria (1966).